Diferentes tipos de piel
¿Sabes cómo identificar cuál es tu tipo de piel?
Para que vosotras también logréis un éxito completo, os recomiendo mucha atención y constancia en aplicar los cuidados que os correspondan según la calidad de vuestra piel y no dudéis en pedirnos consejo o asesoramiento.
A continuación os cuento los diferentes tipos de piel, para que detectéis cual es la tuya y de esta forma siempre la puedas conservar sana y bella.
Identificar los diferentes tipos de piel
El diagnóstico o valoración de la piel es el primer paso antes de un tratamiento. Las asesoras de la belleza tenemos que ser muy escrupulosas a la hora de diagnosticar una piel, saber muy bien sus características, para ofrecer el mejor tratamiento acorde con sus necesidades.
Cutis normal
Aunque parezca paradójico es, el menos frecuente de todos. Su aspecto es nítido y aterciopelado, y el color es saludable, con poros apenas visibles y ausencia de arrugas, pontos negros, granos y escamillas. Es agradable al tacto (como la piel de un bebe) y puede presentar un ligero brillo en la frente, nariz y mentón.
Cutis graso
Es más corriente en la juventud, tiene un aspecto oleoso, debido a la exagerada producción de aceites por parte de las glándulas sebáceas. Presenta poros dilatados, puntos negros, especialmente en nariz y barbilla, y que con frecuencia se infectan, formando espinillas que si proliferan demasiado pueden transformarse en acné. Su textura es gruesa, basta y pesada.
Cutis seco por falta de grasa
Generalmente su aspecto es tirante, con un grano de piel muy apretado que da sensación de aspereza al tacto y en casos avanzados de rugosidad. Suele presentar finísimas arrugas, especialmente alrededor de los ojos, y de la boca. Suele ser mate. Aunque existen pieles que precisamente por su escasez de sebo, ofrecen un brillo tenso, tirante.
Cutis seco por falta de humedad
Se puede sustituir el termino sequedad por el de deshidratación. Es característico de las pieles deshidratadas su tono amarillento la aparición de escamillas (como una caspa pequeñísima), así como la formación de unas particulares arruguitas que en ocasiones dan la sensación de que van a resquebrajarse.
Cutis extra seco
Se halla frenada su producción de grasa y sudor, resultado falta de vitalidad, (que la podríamos llamar una piel envejecida).
También se puede encontrar en personas jóvenes por motivos de salud, falta de cuidados, tratamientos inadecuados. Su aspecto es reseca, flácida, ajado con arrugas profundas y en ocasiones profundas ojeras o bolsas bajo los ojos.
Cutis sensible
Se trata de pieles finas y delicadas que sufren con facilidad, la influencia de agentes atmosféricos o factores emocionales. Están afectadas de caparrosa, que es la dilatación de los capilares o pequeños vasos sanguíneos de la dermis. Esta anomalía se caracteriza por la aparición de manchas rojizas, más o menos extensas y más o menos visibles según el estado físico y hasta psíquico de la persona. Se hacen más evidentes en ambientes en exceso caldeados, cerrados o con humo, pero también aparecen con el frío intenso o el viento fuerte, e incluso cuando una se excita, emociona, llora o simplemente se avergüenza.
Generalmente las pieles sensibles son secas y deshidratadas, pero se dan casos de pieles grasas con acusada sensibilidad. Podemos encontrarlas en personas de todas las edades. Su origen puede ser fisiológica o motivada por un tratamiento cosmético equivocado.
Cutis asfixiado
Se podría decir que todas las personas que vivimos en una gran ciudad poseemos en mayor o menor grado esta característica epidérmica. Un cutis asfíctico puede ser graso o seco, desvitalizado o sensible. Es cuando la piel no realiza su labor respiratoria con plena libertad. La polución atmosférica, las cremas excesivamente grasas o por el contrario, productos demasiado resecantes, pueden entorpecer la normal fluidez y obstruir los poros.
Su aspecto es granuloso, con diminutos quistes que no pueden eliminarse por presión, mal color y en ocasiones descamación, las escamillas son de sebo endurecido.
Cutis mixto
Posiblemente se trate del más frecuente de todos. La parte central del rostro es marcadamente grasa, mientras que el resto (parte externa de las mejillas, en torno a los ojos y el cuello) es seco en mayor o menor grado.
No resulta difícil reconocer la piel mixta.
Cutis con problemas
Si observamos en la piel alguna imperfección más antiestética que las enumeradas hasta el momento, sea en forma de granos, ulceraciones o importantes defectos de pigmentación, por citar algunas, es evidente que nos encontramos ante un caso, que por determinarlo de una forma genérica y gráfica, se llama cutis con problemas.
Es preciso en estos casos otorgar nuestra confianza a la labor de dermatólogos, dejando a la esteticista a asesora de la piel, para embellecer aquella piel que, gracias a su acertado tratamiento, esta sanada.
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